15 ene 2010

Tierras Mapuches un problema ancestral en Chile

El problema de las comunidades indígenas o pueblos originarios data de mucho tiempo a la fecha. Ancestralmente se ha dicho que la situación radica en la falta de propiedad que tienen estos pueblos por las tierras que habitaron por siglos.

Por Eduardo Fernández Villa, desde Santiago de Chile

Es difícil a la fecha intentar reconstituir los derechos de propiedad, sin que queden intereses afectados por la existencia de muchos actores de esta situación. El Estado chileno ha querido solucionar este problema, pero no ha sido fácil ni posible. Las posturas se han ido radicalizando con el paso de los años. Los diferentes gobiernos han prometido soluciones, pero nunca se han concretado de manera que los involucrados queden satisfechos y concluya una situación que ahora es altamente preocupante para el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet. Desde hace mucho se habla que uno (son muchos) de los principales problemas entre los pueblos originarios y el gobierno de Chile fue la construcción de una central hidroeléctrica en el Alto Bío-Bío. Esta central se ubica en la novena región y es una de las zonas en litigio, ya que a decir de los mapuches, las tierras en compensación no son de la misma calidad que las originales. A fines del año 1997 el conflicto parecía que llegaba a su fin y las negociaciones entre el estado podía dejar conformes a todas las partes.

La paz aparente
Se iniciaba un período aparentemente de paz. Recordemos que el año 1997 Chile estaba en plena dictadura de Augusto Pinochet, razón por la cual se ejercía además una férrea vigilancia de las actividades de los mapuches. La situación con distintos bemoles no ha cambiado mucho; todos los gobiernos han tenido esta espada de Damocles en sus períodos, no solo Pinochet, también Aylwin, Frei, Lagos y ahora la presidenta Bachelet, quienes han debido afrontar este foco de conflicto, pero sin lograr acuerdo entre las partes. Dos grandes organizaciones mapuches son las voceras, el Consejo de Todas las Tierras y la Coordinadora de las Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco; son también, las que indican que en adelante habrá más acciones. Intentar explicar las razones, causas y consecuencias de este problema no es sencillo, es fácil cometer errores de omisión de factores reales de esta situación, con el consiguiente daño a la realidad existente. Ha existido un proceso cíclico de toma de terrenos, desalojos, atentados, muertes, marchas, negociaciones con la Conadi, (Corporación Nacional de Desarrollo Indígena), y compra de algunos de los terrenos tomados a través del Fondo de Aguas y Tierras de que dispone la Corporación para efectos de, precisamente, adquirir terrenos en conflicto y que se consideran ancestralmente como tierras indígenas. Suma de fricciones, que dejan heridas difíciles de cerrar.

¿Quienes forman la escena de conflicto?
La Coordinadora Mapuche Arauco-Malleco, que agrupa a 160 comunidades que reclaman tierras, identidad y cultura. Sus miembros, que en sus orígenes estaban ligados a la religión evangélica, ahora rechazan cualquier intento de occidentalización; es por ello que no se identifican con partidos políticos ni con iglesias. Son los que más respeto demuestran por su cultura, sus costumbres y tradiciones. Durante años su líder fue Víctor Ancalaf, quien era conocido por la férrea resistencia que presentaba ante cualquier intento de detención. La Coordinadora actualmente está dirigida por sus miembros más jóvenes, quienes, en su mayoría, salieron a estudiar fuera de sus comunidades y que ahora han regresado para luchar por lograr su reconocimiento como pueblo.

Otra agrupación es la que está bajo el nombre de Consejo de Todas las Tierras. Está dirigido por el werkén Aukán Huilcamán. Esta organización proviene de una división del Ad Mapu, la principal organización mapuche de la década de los 80, fuertemente ligada al Partido Comunista.
Fue la organización más reaccionaria ante el conflicto, amenazaron incluso con la vía armada, y postulaban que los mapuches debían ser reconocidos como pueblo, vale decir, como un grupo humano con identidad, cultura, idioma, religión y ciencias propias. Podemos agregar que en estos y otros casos, los mapuches han ido progresando en sus estudios, existiendo un gran número de profesionales entre sus integrantes.

El tercer involucrado es el segmento de las empresas que mantienen conflictos con las comunidades mapuches, destacan Forestal Mininco y Forestal Arauco. La Forestal Mininco es una empresa filial del Complejo Empresarial CMPC, el que posee más de 574 mil hectáreas de terrenos forestales. De ellas más de 391 mil son de plantaciones de propiedad de Forestal Mininco, focalizadas principalmente entre la VI y IX regiones.

La Forestal Arauco, en tanto, es empresa filial de la Celulosa Arauco y Constitución S.A.. De acuerdo a sus propias cifras, en 1999, la empresa era propietaria de un tercio de las plantaciones existentes en el país, poseen 807.202 hectáreas de predios, de ellas 527.419 son plantaciones de pino y eucaliptos; 127.579 hectáreas corresponden a bosque nativo y las 152 restantes a terrenos de protección, por forestar y destinados a otros usos. Ante esta situación advertiremos que la solución no es sencilla. Hay muchos actores, números e intereses, lo que hace que pensar que una solución definitiva, es imposible. Así las cosas le preguntamos al analista político Daniel Marchant hacia donde apunta entonces el término de este conflicto ancestral.

Historia de siglos.
En los últimos días el pueblo Mapuche está en la mira debido a los continuos enfrentamientos que comuneros mantienen con Carabineros (Policía uniformada) en el sur. Más allá de estos hechos se oculta una larga historia de reivindicaciones.
Hagamos un poco de historia para una mejor comprensión. Antes de la llegada de los españoles a América, los Mapuches se ubicaban entre los ríos Biobío y Toltén; y después de un largo conflicto, llamado Guerra de Arauco, la Corona hispana reconoció en 1641 la frontera en el primero de esos cursos de agua. Se dice que son mapuches todos los individuos que forman distintos grupos, pero que corresponden a la misma etnia. Son los Pikunches, Williches, Lelfunches, Lafkenche y Pehuenches.

La "Pacificación de la Araucanía"
Con la independencia (1810) se presentan más problemas para los pueblos mapuches. Luego, en la segunda mitad del siglo XIX, el Estado de Chile idea un plan de expansión estatal sobre estos territorios. El Ejército utilizó diferentes estrategias para hacerse de los terrenos, este proceso se denominó "Pacificación de La Araucanía". Finalmente, el pueblo originario fue sometido militarmente en 1883.
En 1866, el Congreso crea una "Comisión Radicadora", para separar las tierras indígenas. Este proceso facilitó la ocupación ilegal de particulares de los predios. Sólo quedaron en posesión mapuche 500 mil hectáreas, una pequeña porción de las tierras que originalmente tenían. En los años siguientes, y a través de una serie de reparticiones, los mapuches logran recuperar parte de sus tierras. La reforma agraria de Eduardo Frei Montalva y su profundización durante la presidencia de Salvador Allende devuelven más de 80 mil hectáreas.

Sin embargo, durante la dictadura de Augusto Pinochet, los mapuches sufrieron un nuevo golpe, pues el régimen de facto terminó con la propiedad colectiva y desintegró una de las bases de su cultura.
Con el retorno a la democracia y la creación de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) comienza un nuevo período de reparaciones, devolviendo miles de hectáreas a sus comunidades originales.

Devolución de tierras
Entre 1994 y 2009 se entregaron más de 667.000 hectáreas a más de 11 mil familias. Sin embargo, uno de los mayores reclamos de las comunidades se debe a la calidad y productividad de las tierras. Ellos reclaman que gran cantidad de estos terrenos no les permite subsistir de acuerdo a su cultura. Otra de sus demandas es el reconocimiento por parte del Estado a su calidad de pueblo indígena. Con esa reforma constitucional los mapuches tendrían uno de los instrumentos jurídicos internacionales más importantes sobre reconocimiento de derechos y protección de los pueblos originarios. El período de consulta para este cambio en la legislación se inició en abril de 2009.

Veinte comunidades mapuches encabezan las ocupaciones de trece propiedades en las regiones del Bío-Bío, Araucanía y Los Lagos. Estos grupos reivindican como propias 15.302 hectáreas. De los 13 predios, siete pertenecen a empresas forestales, dos al fisco y los restantes a agricultores.
Como corolario de esta génesis, solo nos resta apuntar que tal como están dadas las cosas, la solución pareciera muy compleja, por no decir imposible. Los particulares y/o empresas argumentan que desde hace mucho son los propietarios legales, ya que según consta en los títulos de propiedad, cumplieron cabalmente con las normas, pagaron los impuestos y realizaron las inscripciones legales en el Conservador de Bienes Raíces, que es el ente que regula la propiedad de terrenos en Chile. Por otro lado los comuneros mapuches que argumentan que la historia les dice que ellos fueron dueños a quienes se les quitaron las tierras, por lo que lo que corresponde ahora es la restitución de esos terrenos. Un dato que refleja la magnitud del problema, es que en Chile según el último censo de población, la cantidad de Mapuches es cercana al millón de personas. La solución no está a poca distancia.

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