La construcción de un número todavía indeterminado de grandes proyectos hidroeléctricos de embalse en la Patagonia chilena se cierne hoy como una grave amenaza a la integridad ambiental de este valioso territorio. Como la naturaleza desconoce fronteras, el desastre involucra tambien a la Patagonia Argentina y, por lo tanto, es motivo de preocupación a nivel internacional. El aporte de las centrales de Aysén no se produciría antes del año 2015, lo que no soluciona la supuesta crisis energética proyectada para finales de esta década, con la que se pretende justificar su construcción.
Existen numerosas opciones tecnológicas para enfrentar la mayor demanda eléctrica de Chile o Argentina, sin tener que destruir la Patagonia. El uso eficiente y las energías renovables, por sí solo podrían satisfacer dicha demanda. Los proyectos existen, únicamente se requiere la visión de futuro y la voluntad política para crear los mecanismos de financiamiento adecuados. Constatamos que por falta de una política energética estratégica, nos estamos ahogando en un vaso de agua.
Con la información que actualmente se cuenta sobre estos ecosistemas, y considerando las políticas públicas e institucionalidad instaladas actualmente en Chile o Argentina, resulta osado y riesgoso pretender tomar una decisión que implicaría la transformación irreversible de un vasto territorio de alta pristinidad en un lugar lleno de represas y cruzado por enormes tendidos eléctricos. Si estos proyectos fuesen autorizados, en la práctica se estaría permitiendo que el monopolio eléctrico que persigue su implementación por intereses comerciales privados, se apropie gratuitamente de este valioso capital natural de todos los chilenos y argentinos, y que sepulte, de paso, el sueño de Aysén y la Patagonia Andina Argentina de ser una región capaz de conservar su calidad ambiental.
En el caso de "El Porton" represa de ENDESA proyectada sobre la cuenca binacional del Rio Puelo, se acrecenta geologicamente el riesgo tanto para Chile como para Argentina. Desde un punto de vista geopolítico, las leyes que autorizan el uso de las aguas de una cuenca, normalmente no consideran si esta es compartida o no, o si la mencionan, normalmente la toman en cuanta cuando una de las partes realiza las protestas pertinentes. En este caso, la cuenca del Río Puelo, es una sola y los limites geopolíticos entre Argentina y Chile no existe para la naturaleza.
Impactos Ambientales
El informe de la comisión mundial de represas (ONU, 2000) indica entre numerosos impactos ambientales (www.dams.org):
•Pérdida de la biodiversidad acuática, de las pesquerías río arriba y abajo, y de los servicios brindados por las planicies de inundación río abajo, por los humedales, y por los ecosistemas de las riberas, y estuarios adyacentes.
•Pérdida de bosques y de hábitat naturales, de poblaciones de especies, y la degradación de las cuencas río arriba debido a la inundación de la zona de los embalses.
•Impactos acumulativos en la calidad del agua, en las inundaciones naturales y en la composición de las especies, cuando en el mismo río se construyen varias represas.
Las centrales hidroeléctricas en el Baker y el Pascua tendrían numerosos efectos sobre los ecosistemas y animales asociados a estos ríos. El primero y el más obvio es la pérdida de hábitat que se produce por el área de inundación directa de bosques, de matorrales y áreas rocosas, además de la muerte y el ahogo de especies que no son capaces de escapar o de ser rescatadas a tiempo del agua.
Entre algunas de las especies de la fauna nativa más susceptibles, es posible destacar también al cóndor, la vizcacha austral, el carpintero negro, el peludo, el quique, el Pudú, el Puma, gato montés, Monito del Monte y numerosas aves de ribera asociadas a los humedales que perderán sus sitios regulares de alimentación, anidación y refugio.
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