
El Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, llamó a una conferencia de prensa en la cuál denunció que están siendo atacados con gases tóxico para que desalojen la Embajada de Brasil. De forma imprevista los ocupates de la delegación diplomática comenzaron a sentir mareos, sangrados bucales e intestinales.
Por órdenes del régimen de facto de Roberto Micheletti, la embajada de Brasil en Tegucigalpa aún se mantiene rodeada por policías encapuchados y personal militar de Honduras.
La policia hondureña instaló dos aparatos que permiten escuchar las conversaciones telefónicas a distancia y bloquear la señal para restringir las comunicaciones.
Es difícil dejar pasar alimento hasta la embajada sin embargo, organismos de derechos humanos han ingresado comida para las personas que se encuentran en la oficina diplomática junto con personal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero los militares que se encuentran cercanos a la sede diplomática ejercen presión sobre los que se encuentran en el interior del edificio, al quedarse con dos de las cuatro bolsas de comida que ingresan.
Junto al presidente legítimo de Honduras, Manuel Zelaya, se encuentra en la embajada brasileña su familia y varios simpatizantes que se quedaron después de la represión que, junto a los reporteros de diversos medios, dejó saldo de al menos 50 personas agredidas.
La primera dama de Honduras, Xiomara Castro de Zelaya, indicó que hubo muchos heridos y fueron enviados a los hospitales. Se espera la confirmación del número de personas perjudicadas con las acciones militares. Enfatizó que "Queremos el retorno a la democracia. El retorno del presidente es para buscar la restitución de la democracia".
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