Se cierra uno de los capítulos más duros para Honduras que ha vivido en los últimos meses una gran inestabilidad política con golpe de estado incluido.
El conservador Porfirio Lobo de 62 años asumió este miércoles la presidencia de un país sumamente dividido entre los seguidores del mandatario depuesto, Manuel Zelaya y los que apoyaron a Roberto Micheletti en la empresa de desalojar al mandatario.
Una de las primeras acciones de Lobo como presidente fue acompañar desde la Embajada de Brasil al aeropuerto al mandatario depuesto. Antes de entrar en el avión, Zelaya se dirigió escuetamente a los periodistas y dijo: "Volveremos, volveremos".
Hasta el aeropuerto de Toncontin se habían desplazado unas 10.000 personas para despedirse de él.
Prometido un salvoconducto a Zelaya, que lleva cuatro meses en la Embajada de Brasil de Tegucigalpa, para exiliarse a República Dominicana. Será el mismo presidente dominicano, Leonel Fernández, que es uno de los pocos presidentes que acudieron a la investidura, quién acompañará en persona a su país a Zelaya.
Al llegar a Santo Domingo junto al presidente de ese país, aseguró que era "muy prematuro formular hipótesis" sobre su futuro político.
Horas antes, Leopoldo Fernández había sido abucheado por una parte del público cuando entró en el Estadio Nacional de Tegucigalpa donde se celebró la toma de posesión de Lobo.
El nuevo mandatario al que se le conoce como "Pepe" Lobo recibió la banda presidencial del presidente del Congreso, Juan Orlando Hernández, al igual que lo hizo hace cuatro años Zelaya por el entonces jefe de la cámara, Roberto Micheletti.
"Prometo ser fiel a la República y cumplir y hacer cumplir las leyes", dijo Lobo al jurar ante Juan Orlando Hernández, amigo del presidente y miembro del partido oficialista Partido Nacional.
Lobo tendrá además la ardua tarea de recuperar la confianza a nivel internacional en el gobierno hondureño ya que muchos países consideraron las elecciones ilegítimas, convocadas tras el golpe de Estado Civico Militar Escleciastico que desterró a Zelaya, el pasado 28 de Junio.
Los Latinos debemos estar alertas pues estas práctica de derrocamiento de presidentes que son afines a los intereses multinacionales no se daban desde el siglo pasado.
A partir de década de los 80 las destituciones de los gobiernos se llevaron a cabo en forma cívica. En Argentina recordemos a Alfonsín y De la Rua. Estos golpes respondían al sentir de una parte de la ciudadania, luego de esas crisis las democracias seguían su curso y encontraban su cauce, sin la intervención de fuerzas militares, hecho que tiene otra connotación. La de instalar el miedo y el silencio.
La severidad de lo que ocurrió en Honduras, debe tenernos atentos, impedir que nos relajemos, el gobierno que ayer asumió no responde ni remotamente a los intereses del pueblo. Sino que reponde a las empresas que los llevaron al poder, en una democracia controlada que puja por ser reconocida por el mundo y solo representa la debilidad de nuestra América frente a las fuerzas del mercado.
Como ya anunció el flamante presidente "Abandonaremos el ALBA y entramos al ALCA", es raro que Lobo and Company no se den cuenta de la ruina que le pueden ocasionar a Honduras,teniendo tan cerca el ejemplo Haití y los tratados de Libre Comercio.
Te lo dejo para que lo pienses
28 ene 2010
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